“El
reino de Dios está cerca. Estad seguros no tardara”
Estas palabras, expresan
el clima, impregnado de ferviente esperanza y oración, de nuestra preparación para
estas Navidades, ya cercanas.
El Adviento mantiene viva
la espera de Cristo, que vendrá a visitarnos con su Salvación realizando en
plenitud su Reino de Justicia y Paz.
La conmemoración anual
del Nacimiento del Mesías en Belén renueva en el corazón de los creyentes la
certeza de que Dios cumple sus promesas. Por tanto, el Adviento es un fuerte
anuncio de esperanza que toca en lo más hondo nuestra experiencia personal y
comunitaria.
Al hombre que busca la Comunión
con Dios, el Adviento, y sobre todo la Navidad, le recuerda que es Dios quien
tomo la iniciativa de salir a su encuentro. Al hacerse Niño, Dios asumió nuestra
naturaleza y estableció para siempre su alianza con la humanidad entera.
Por consiguiente, podríamos
concluir que el sentido de la esperanza cristiana, que el Adviento nos vuelve a
proponer, es el de la espera confiada, la disponibilidad activa y la apertura gozosa
al encuentro con el Señor. El vino a Belén para quedarse con nosotros para
siempre.
Alimentemos, por tanto, amadísimos
Hermanos y Hermanas, estos días de preparación inmediata para la Navidad de
Cristo con la luz y el calor de la esperanza.
!!JESUS
SE HA HECHO UNO DE NOSOTROS, NACIENDO DE MARIA!!
¡FELIZ ADVIENTO¡